domingo, 28 de octubre de 2007

Topaz y Martín. Fin del relato

Le dejé ahí
empalmado
caliente
como una perra en celo
y decidí...
que había llegado el momento.

Entré en el baño, necesitaba estar sola,
respirar hondo
cerré los ojos y me prometí a mi misma
no olvidar nunca ese día

irrepetible

inolvidable

solos los dos.


Él seguía fuera,
espectante
sumiso
entregado
como a mí me gustaba.

Salí del baño y le tapé los ojos con un pañuelo oscuro
no pensaba seguir jugando al gato y al ratón
yo sólo quería el ratón dentro de la ratonera
que pensara y que no pensara

Mi siguiente plan era pasar a otro ámbito
donde yo me sentiría ahora más cómoda
donde él por fin conseguiría disfrutar su condición
también me proporcionaba placer esa espera
y la intriga del desenlace.

Busqué la ropa adecuada y la dejé al lado de la cama
él estirado seguía con una erección agradable a la vista

Le chupé la polla
me la metí en la boca
la lamí
la succioné
no demasiado
lo suficiente para que volviera a saber que yo estaba allí

-Oh Ama, gracias!!!
-Tu Ama quería un dulce, y fue demasiado tentador lo que me ofrecías, pero ya me cansé, soy caprichosa por segundos
-Espero que no se canse de mí, Ama, yo la adoro.
-Eso dependerá de si sigo calentándome contigo o bien dejas de interesarme.
-Haré lo que sea Ama
-Por ese camino siempre irás bien conmigo Martín.

Empecé a vestirle.
Levanté sus piernas hacia arriba y le puse un tanguita, el inicio de su transformación le puso la verga aun más dura.

-Ama, ¿me está vistiendo?, yo...no lo merezco...gracias
-No te visto Martín, te voy a transformar en lo que eres y deseas ser siempre para mí, serás mi puta, serás Samanta. Levanta ese culo putita que he de aprisionar tu polla con éstas tus nuevas braguitas.
-Como ordene.

Samanta era mi puta y como tal tenía que ir vestida.
Todo el proceso fue muy agradable, disfruté vistiéndole como a una verdadera ramera; medias con liguero, blusita negra transparente, peluca rubia, labios rojos, le puse unos zapatos con tacón alto y....ya tenía una puta en mi habitación, para mí, para follármela a mi antojo.
Al finalizar la transfomación me coloqué detrás suyo y delante del espejo de pared donde podíamos vernos, así que a la vez que le acariciaba el paquete le quité la venda de los ojos , para que se viera, para que se reconociera con su nueva imagen.

-Ama, me siento la más puta de todas.... me gusta
-Lo eres Samanta, lo eres. Mírate bien.

Aproveché su acercamiento al espejo para cambiar mis manos de posición, le agarré las dos muñecas por detrás y apoyé sus manos en el espejo, con el cuerpo doblado hacia alante. Así podría disfrutar de su cuerpo expuesto por todos los lados, y Samanta disfrutaba viéndose tan puta.

-Mírate ahora Samanta y no me digas que no estás linda.
-Estoy completamente a su merced, estoy muy caliente Ama, mucho.
- Samanta, quiero que seas la mejor puta para mí, que camines como una puta, que hables como una puta, que gimas como la más puta y... te sientas la más zorra de la ciudad.

Dicho esto le agarré la tira del tanga y se la estiré para que notara el contacto con su culo deseoso de ser follado. Samanta gimió.

-Mmmmmm gracias por hacerme sentir así.
-Calla zorra!

y separé la tira de su tanga y le metí dos dedos por su culo, agarré su pelo y lo estiré hacia atrás para que se mirara bien como gemía, y lo hacía, vaya si lo hacía la muy puta.

Samanta era ya Samanta , con sus morritos rojos y esa pinta de burdel de lujo.
Detuve mi maniobra

-Eres muy guapa Samanta
-¿De verdad se lo parezco?
-Hoy si, eres la más guapa y morbosa zorrita que conozco. Incorpórate

Y le metí la lengua sin permiso, me recibió con ganas, como la puta que deseaba ser follada que era, su boca de carmín se deshizo en mi boca, sabía a zorra de primera y me gustó.

-Te has despintado. Quiero esos morritos bien rojos. Toma, píntatelos que ahora vuelvo.
Me retiré de la habitación para buscar mi herramienta. Me até un arnés con una polla de dimensiones respetables. Lo tapé con un vestidito... quería que fuera una sorpresa.

-Samanta, ven aquí
-Ahora mismo Ama
-Quiero que te arrodilles, que me beses de abajo hacia arriba y que descubras lo que se esconde bajo mi vestido...
-Ahora mismo

Y se arrodilló, y pasaba su lengua por mis botas, luego mis muslos, y seguía subiendo y metió la cabeza debajo del vestido y lo descubrió
-Oh, cielos, Ama! vaya sorpresa!
-Métetela toda dentro de tu puta boca de cerda Samanta. Quiero follarte esa boca de putita

Y se la metió, y yo para ver el espectáculo, levanté la falda del vestido y me lo quité, para observar cada detalle, le agarré del pelo y le obligué a mirarme mientras tenía el falo dentro de su boca.

-Mírame y dame las gracias Samanta
-ggazas Ammma, dijo con la boca llena
-Así me gusta, putita come pollas, que me des placer, que te la metas bien adentro, mira como te follo la boca, disfrútalo!!

y le agarré la cabeza para contribuir con la mamada... para que la tuviera bien adentro... para que una vez más, viera quien mandaba ahí, ni que decir tiene que tenía mi papel totalmente interiorizado y estaba disfrutando del momento al máximo.

Saqué la polla de su boca y me senté encima de la cama.

-Quiero que te pasees para mí Samanta, esos tacones te sientan fenomenal.
Los primeros pasos fueron un tanto desastrosos, con los tacones, casi pierde el equilibrio, pero poco a poco iba aprendiendo. Andaba por la habitación mientras yo le preguntaba cosas.

-¿Como te sientes Samanta?
-Muy puta, Ama
-¿Mi puta está caliente?
-Muy caliente, Ama
-¿Mi puta quiere que la folle?
-Si Ama, lo deseo mucho
-Dime que eres
-Soy su puta, su zorra, a su servicio

Me levanté y me puse delante de ella, estaba ya segura que se sentía la más puta. Ahora se sentiría mucho más.
Con unas tijeras corté las tiras laterales de su tanga, su paquete se liberó, su polla estaba como una piedra, me gustaba eso, le estiré el tanga.

-Así te sentirás más libre, zorrita

Y le agarré la polla mientras le acababa de separar la cinta del tanga que recorría su culo

-Samanta, ahora quiero que te pongas a cuatro patas. ¿Sabes que quiero hacer?
-A lo mejor desea follarse a su puta
-Eres lista, eso es exactamente lo que quiero. No lo hice nunca con una puta tan rubia, seguro que te encanta que te follen el culo, ¿a que si zorra?
-Si, me encantará lo que quiera hacerme

Y se puso a cuatro patas, en el suelo, encima de una alfombra. Me coloqué delante de su cara.

-Voy a explorarte, chupa bien mis dedos

Y le metí los dedos por la boca, quería que estuvieran bien húmedos para investigar su trasero. Los chupaba como si la vida le fuera en ello.

-Bien Samanta, bien

Me coloqué detrás de mi puta, arrodillada sobre la alfombra, metí los dedos lubricados por su saliva en su culo y le pregunté:

-¿Los notas? entran muy bien
-Si, si los noto... mmmm, me gusta
-Ya veo que te gusta, y que estás preparada para algo más grande.
-Si, lo estoy.
-Suplícamelo
-Ama, FÓLLEME!!!

Le agarré de las caderas, apunté y disparé a la diana. Le estaba metiendo la polla del arnés por su culo. Emitió un grito-gemido.

-Iré con cuidado al principio, Samanta, luego pienso darte mucha caña, destrozarte ese culito goloso y tragón.
-Mmmmmm, si, Ama, si, haga lo que quiera conmigo.

Por supuesto que lo hice, le estaba follando el culo a una puta fina, cada embestida la estaba disfrutando, y ella también. Estuve así un buen rato, pellizcaba su trasero, se lo azotaba, le agarraba fuerte por las caderas para que no se me escapara, la tenía aprisionada.

Solté las manos de las caderas y con una le agarré el pelo, se lo estiré hacia atrás.

-Gime más fuerte putón! no te oigo disfrutar

Se deshacía en gemidos mientras yo la estaba usando.

-PUTA!
-CERDA!
-ZORRA!
-Siiiiiiiiiiii,-decía ella- y gemía y gritaba.

La otra mano libre la deslicé a su polla, quería que sintiera que estaba siendo usada por todos los lados, que nada le pertenecía, que era toda mía. Tenía los huevos duros, la polla dura, el culo lleno ¿qué más quería?

-Mi putita va a correrse donde yo le diga ¿verdad?
-Si, donde me diga, Ama
Saqué la polla de su culo, me incorporé.
-Ponte ahora de rodillas.
-Samanta, libérame del arnés con la boca.

Y Samanta volvió a meterse el pollón que acababa de follarle el culo en la boca, ahora ya con intención de quitarlo de mi cuerpo, pero lo chupaba la muy puta con ganas.

-Samanta, mete tu polla de zorrón caliente entre mis botas Samanta y frótate en ellas hasta que les salga brillo.

Por la posición cada vez que se frotaba con las botas su cara quedaba a la altura de mi coño, Samanta metía la lengua, me gustó esa improvisación, la muy puta quería que yo me corriera también mientras ella estaba follando mis botas.

-Creo que esa lengua de ramera va a conseguir que me vuelva a correr, si sigues así, Samanta me voy a correr en tu cara. Y cuando lo notes quiero que tu también te corras, que lo hagas en mis botas.
-Quiero que disfrute Ama Topaz, que goce con su puta.
-Si Samanta, lo hago, sigue así furcia.

Le agarré la cabeza y la aprisioné contra mi coño, estaba a punto de correrme, le estiraba del pelo, le apretaba más, y notaba su puta lengua dándome placer dentro, y notaba su polla frotándose entre mis botas, y sentía que iba a explotar y quería hacerlo.

-Vamos a corrernos ya, puta! -

y le restregué todo el coño por la cara mientras me corría, a la vez Samanta sacaba su polla de entre mis botas para regar su corrida en ellas.
Ahora los dos gemíamos al unísono, sintiendo a la vez el placer inmenso de la que probablemente sería la corrida más hermosa de la Tierra.

-Samanta, eres una gran zorra. Límpiame ahora las botas

Y con la misma lengua que había metido en mi coño, recogió su leche sobre mis botas, dejándolas de nuevo como debían estar, relucientes.

-Felicidades Samanta, eres una buena puta.

domingo, 12 de agosto de 2007

Topaz y Martin (IV)

-Voy a follarte por cerdo Martín.

-FO

-LLAR

-TE

-¿entendiste?

-Si. Perfectamente. Úseme Ama, se lo ruego


Hice que se estirara en el suelo, abierta de piernas pasé de arriba a abajo un par de veces, que me viera, que viera quien estaba arriba, quien controlaba el juego. Le pisé el pecho como si apagara un cigarro en él, luego pasé a los testículos, sus piernas, acabé pasando mi tacón por su cara y él abría la boca buscando lamerlo, yo ahora lo que me apetecía más que nada era follarle y él estaba allí para cumplir mis deseos.

-¿Dime que eres Martín?
-Soy una puta
-Nooo querido aún no.
-¿Qué eres Martín?
-Soy su siervo Ama, un maldito y rastrero siervo
-Si, eso eres, mi siervo.
-¿Eres algo más? dímelo bien alto que yo lo oiga
- Soy un CER... , y en ese momento me calcé su polla dentro, ...DOO
- Quiero que sigas gritando lo que eres mientras te follo Martin, todo el rato, tengo que oirte.

Su polla entró dentro de mi hasta el fondo, mis sentidos estaban centrados en mi coño y en mi oído, quería su polla para siempre, sus palabras en mi oído cuando las quisiera oir. Sentí que podría follarme a ese hombre todos los días de mi vida, que le follaría siempre, así, sin importar si quisiera o no, yo estaba segura de querer follármelo a diario, todas las veces posibles, cientos de veces, notar su polla, y ser solo yo quien le follara, haciéndole sentir como un cerdo, como un juguete de uno o varios usos, para que yo lo use, sólo Yo.
No tardé en correrme...., en ese momento le aprisioné la cara hacia mi pecho fuerte, mi pubis estaba fundido, se deshacia en espasmos. Separé su cara, le miré, y oí lo que quería oir
-Soy su cerdo, Ama.
Tapé su boca y mirándole fijamente seguí follándole, salvajemente, con pocos movimientos más llegaba mi segundo orgasmo, le metí mis dedos en la boca para que los chupara mientras me corría de nuevo.
Sudábamos .... yo..... necesitaba descansar, él me miraba sin saber que iba a pasar, su polla seguía bien dura lo cual me agradaba enormemente.

-Martín, ahora llegó el momento en que te vas a sentir la más puta de todas.

sábado, 9 de junio de 2007

Sopla fuerte el viento

Este tributo se paga a plazos. Por haber querido investigar más allá de los límites. Por querer saber hasta donde se puede ser capaz. Ya lo sé. Soy capaz de todo una vez en mi vida.


Miro el reflejo de mi osadía y me sorprendo de mi misma, y a la vez me siento bien.


Pero sopla el viento, el de la duda y el de la incertidumbre de no saber que pasa después de... y se aplaza el juego. Quizá quede para siempre en tablas. Espero el último movimiento.
JAQUE MATE

miércoles, 2 de mayo de 2007

Aunque sabía que no estabas

Esperé sabiendo que no llegarías.
Me fui a la cama. A oscuras empecé a tocarle. Él dormía pero yo tenía en mi mano el despertador. Me lo follé, así, sin más. En el momento en que me corría tu voz vino a mi, demasiado cercana en el tiempo, entrecortada, susurrante y apreté mi pelvis fuertemente para no perderte, para disfrutarte. Él eyaculó dentro de mí, pero te sentí a ti.
Volví sabiendo que no estabas, que hoy no estarías, pero tenía que contártelo.

lunes, 30 de abril de 2007

Tiempos difíciles para la Dominación femenina

El sentido de este blog no es ser leído por todos. Está claro que va dirigida a una persona en concreto, Martín. Imagino que si alguien cae por aquí es de casualidad principalmente mis visitas de China, jeje. Aunque como alma-bloguer que me siento no puedo mentir y he de decir que me gustaría algun día recibir algún mensaje ajeno a esta curiosa pareja. Sé que es dificil porque no paseo el blog, de momento está en casita, experimentando sus inicios.

Mi interés pues es simplemente morboso. Contar historias vividas o no, buscar el tandem fantasía-realidad.
Y usar este medio anónimo para hacerlo.
Liberarme de la vergüenza y decir las cosas por su nombre siempre que lo crea oportuno.

De todos modos historias como las de Topaz-Martín no tienen sentido si no hay un mínimo de interacción.

Tiempos difíciles para la Dominación femenina :)

miércoles, 25 de abril de 2007

Topaz y Martín (III)

Con espasmos que aun me quemaban por dentro empecé a pensar en lo rocambolesco de la situación. ¿Hasta que punto podía el ser humano ser capaz de llegar por el mero hecho de probar lo prohibido?. ¿Cuánto estábamos dispuestos a arriesgar? o ¿es que el riesgo nos llevaba a eso?Y no es que allí estuviéramos para hacer cosas distintas a tantísima gente, no, estábamos para liberar y cumplir algo que llevábamos un año deseando. Deseo, deseo, deseo. Una palabra tan simple pero tan llena de significado, lo necesario para sobrevivir en la aventura de vivir, para no ser gris nunca más. Lo que nos une, lo que me une a ti. No necesito tu amor, sólo deseo D-E-S-E-O.

Estabas allí, y me habías hecho temblar en directo por primera vez y cada vez deseaba más que no se acabara ese día.
Tras mi liberación me crecí, y tenía ganas de más, tu estabas desencajado por la mezcla de incertidumbre y tu excitación hacía que te tuviera más sometido. Sabía que pronto podría hacer lo que quisera contigo.
-¿Lo pasó bien Ama?
-Fenomenal Martín, no me has defraudado.
-¿Podrá liberarme de las esposas Ama? me duelen las muñecas.
-No seas tan impaciente, Martín, tu Ama necesita un minutito para relajarse. Me encenderás un cigarrito, ¿verdad?
-Pero... no fumo, odio el humo del tabaco.
-Lo sé Martín, pero tu enciendes el cigarro que voy a poner en tu boca, simplemente es eso, quiero ver como lo enciendes.
Me sentía poderosa. Me sentía limpia, como liberada de todo. Necesitaba un pelín de maldad para retomar mi papel. Ver el cuerpo de Martín desnudo hacía que no pudiera concentrarme en nada más, deseaba ver sus gestos, sus músculos, su boca encendiendo el cigarro, que él me viera aspirar el humo. Me apetecía usarlo, manosearlo, como si fuera una mascota, acariciarle el pelo, que lamiera mi mano agradecido.

Martín sujetó su cigarro entre los labios, acerqué el mechero, le di fuego. Aspiró, se lo tomé suavemente de la boca, di mi primera calada y vi su cara de alvio al retirarle el cigarro, tosió.

- Me duelen las muñecas Ama. ¿Hay alguna forma de liberarme?
- Claro que si, Martín, es cuestión de quitarte las esposas.
- ¿Me las quitará?
- Si consigues liberar la llave prometo quitarlas.
- ¿la llave donde está?
- Congelada, en la cubitera, aprisionada como tu. Solo hay que descongelarla. Mi cuerpo sigue muy caliente, segun donde la pongamos irá más rápido el proceso.

Tomé las llaves congeladas, era un cubito transparente, casi una escultura, dentro, su liberación. Sentada en el extremo del sillón las puse encima de mi ombligo.

-Lame, le dije

Y empezó a lamer el hielo encima de mi cuerpo, el agua fría chorreaba sobre mi coño caliente aun y con ganas de más.

-No dejes que me moje, has de evitar que caiga al suelo

Así me lamía, para evitar que llegara al suelo, me volvía a chupar, su lengua era caliente, contrastaba con ese agua deshecha y fría, casi conseguía evaporarla.

-Sigue lamiendo, para liberarte, sigue.

Y seguía, yo deseaba que siguiera atado y siguiera lamiendo, que nunca se acabara esta condena. Pero finalmente, vi que entre los dientes tenía la llave, su liberación. Tomé la llave y le quité las esposas. Respiró aliviado.

-Gracias Ama Topaz.

Y besó mis manos agradeciendo mi gesto.

-Estás liberado temporalmente,Martín. Vamos a seguir jugando

-Ponte a cuatro patas.
- Si, Ama


La visión era lo mejor del día: tenía un perro lamedor totalmente a mis pies, disfrutando de su sumisión tanto como yo de dominarle. Me planté delante de él y le puse la suela de mis botas en su cara, en su puta cara de esclavo, sumiso y despreciable, en su cara llena de ganas de satisfacerme. Sacó su lengua, siguió lamiendo.

Verle en esa posición, me pedía a gritos que me subiera a su lomo, que había que cabalgar a ese caballito que se estaba dejando domar. Así me coloqué sobre él, agarré un látigo cuyo extremo era una reproducción de una polla de latex, gruesa, larga y negra. Le azoté el culo gratuitamente, una vez, dos, tres, Arre!! y él caminaba, gemía o gritaba, no sé, pero no paraba de pasearme a mi antojo, con su movimiento se rozaba mi sexo contra su espalda y aumentaba mi excitación.... y la suya. Yo quería sentirlo más mío.

- Para Martin, para. Quiero que chupes el mango de mi látigo.

-Oh! gracias!

Le metí la polla de latex en la boca, sin dejar de estar encima suyo, en su lomo. Mientras le follaba la boca mi cuerpo sobre su espalda seguía los movimientos que hacía mi mano sobre su boca . Según le iba follando la boca más resbalaba mi sexo sobre su espalda. Él gemía con la boca llena, y empezó a abrirse de piernas.

Le agarré con la otra mano del pelo, le tiré hacia mi, acerqué mi boca a su oído y lentamente le dije: Voy a meter esa polla que te estás comiendo en tu culito, es lo que más deseo en estos momentos.

-Gracias Ama, yo también lo deseo.


-Quiero ver tu cara mientras te la meto.

Así, aún sobre su espalda, con una mano sujetando su cabeza contra mi, la otra estirándola buscando su trasero y dispuesta a penetrarle, follarle ese culo que estaba abierto esperando que yo lo hiciera.

-Te lo estoy follando ya Martín, y le metí la polla lubricada por su saliva lentamente pero hasta el fondo, él lanzó un grito mezcla dolor y placer, en ese momento le escupí en la cara.
- Eres un cerdo Martín, te dejas hacer de todo.
-Lo soy Ama, lo soy.

Era mi absoluta muestra de dominación y de su sumisión. Era un momento casi perfecto.

viernes, 20 de abril de 2007

Topaz y Martín (II)

-Adelante Martín, puedes pasar
Martín, arrodillado, entró sigiloso. Hubiera dado millones en ese momento por entrar en su mente y ver lo que en ella había. La mía estaba llena de ganas de todo. Me encantaba tenerle ahí, en esa posición, dispuesto a dejarse, dispuesto a todo porque deseaba eso, porque los dos lo deseábamos, desde hacía ya demasiado tiempo.
Empezamos a hablar con miradas, así fue desde que él entró. Su vista sólo podía acercar a ver mis botas, mis piernas se alargaban en exceso por los centímetros de tacón fino dificultando ver mucho más allá, por temor a que me molestara su descaro, no se atrevió a mirarme directamente. Mi ropa era en negro, como yo, como mi noche, bustier negro que marcaba en exceso mi pecho, medias negras sujetadas con liguero, botas por encima de la rodilla, aptas para una buena amazona, guantes por encima del codo , mi sexo tapado por un tanga, negro, por supuesto, . Y en la mano...unas esposas... de momento.

Yo ya quería empezar el juego.

-Martín, levántate,anda, ya tendrás tiempo de estar ahí abajo.
-Como desee
Martín se levantó y yo me situé a sus espaldas, agarré su mentón desde atrás para acercar su oreja a mi boca, una vez, con su cabeza recostada en mi pecho susurré:
-Eres de mi propiedad y lo sabes, te voy a tener controlado hasta que me demuestres que puedo confiar en ti.
Acabé la frase y le mordí con justa intensidad el lóbulo de la oreja. Noté como su vello se erizaba y estaba segura que no era la única parte de su cuerpo que en ese momento estaba erecta. Se estremeció.
Tomé su mano derecha y se la puse sobre su paquete por encima del pantalón notando yo también el bulto. En esta posición y con un masaje púbico constante empecé a hablarle.

-Quiero que estés así todo el rato.... Me gusta ver y sentir tu polla bien tiesa.
-Ud. hace que esté así, estaré así todo el tiempo que quiera, hasta que me ordene lo contrario.
-Bien Martín, la verdad es que es lo que esperaba de ti. Si todo va según mi previsión nos lo vamos a pasar muy bien los dos. Pero, claro, la importante soy yo y tu has venido para acatar mis deseos.
-Claro que si Ama Topaz, soy su juguete, puede hacer conmigo lo que quiera.
-Sin duda Martín, sin duda. Lo haré.
Cesé el masaje sobre su pantalón, le tomé las dos manos y las llevé hacia su espalda.
-¿Sientes algo frío?
-Si, Ama, ¿que es?
-Te estoy esposando.
-Cielos Ama ¿qué piensa hacer conmigo?
No contesté.
Una vez esposado me puse frente a él
-¿Cómo sigue tu bulto?
-Bien mi Ama, como a Ud. le gusta
-Espero que no me engañes, siéntate ahí en el sofá y quítate los zapatos y los calcetines, luego yo descubriré si es verdad que todo sigue en orden.
-¿Cómo me los quito? estoy esposado
-Venga Martín, venga, no me vengas con estas cosas, te quedan los dos pies, la boca, no sé, me has de demostrar que eres hábil.
Con un pie descalzó el otro e hizo la misma maniobra en el otro pie. Los calcetines tipo ejecutivo fueron más complicados, sentado en el sofá metía sus dedos de un pie por el elástico del calcetín, varios intentos, no habia forma, la tarea se estaba complicando.
Aproveché su torpeza para ir a buscar un látigo semi rígido a mi armario. También puse la llave de las esposas a buen recaudo, en un cubilete para hacer hielo en el congelador. Volví hacia el salón con el látigo en la mano, dando golpecitos suaves en la palma. Él seguía intentando quitarse los calcetines, ya tenía uno fuera.
-Uy Martín, no me gusta esperar tanto, esto se está convirtiendo en algo realmente aburrido.
-Lo siento mucho Ama, reconozco que soy torpe.
-Ummm, ya lo veo Martín, muy torpe.
-¿Me va a castigar?
-No preguntes tanto, haré lo que crea conveniente.
Por fin, consiguió desembarazarse de los calcetines.
-Veamos si me has engañado o no. Levántate.
Martín se incorporó yo metí la punta del látigo lentamente por la cinturilla de su pantalón y de lo que suponía era un boxer, no dejé de mirar fijamente su expresión, me encantaba ver como esperaba el paso de la punta del látigo por su polla. El látigo iba internándose hacia dentro intenté introducirlo todo lo que pude, quería que le llegara hasta los huevos, cuando consideré que ya había llegado donde quería, restregué el látigo de un lado a otro, Martín cerró los ojos y se mordió los labios, ahí dentro había algo demasiado vivo, el bulto en vaquero lo demostraba. Saqué brucamente el látigo de su entrepierna.
-Bien Martín, sigamos, voy a ayudarte a desabrochar tu pantalón que no tengo todo el día.
-Gracias, Ama Topaz.
Desabroché su bragueta, botón a botón, notando una presión fuerte que casi me lo impedía.
-Tu polla se alegra mucho de verme Martín dije con expresión burlona
-Si Ama, muu..cho.
El grado de excitación subía por momentos. Estaba disfrutando con cada detalle, era un esclavo perfecto, el juguete a mi medida. Nos habíamos creado el uno al otro.
Ya te ayudé Martín, vuelve a sentarte y quítatelos tu solito, ahora será más sencillo.
-Gracias Ama, gracias, es muy buena y comprensiva conmigo.
-No es comprensión ni bondad Martín, es que no quiero perder el tiempo en tonterías, y tengo muchos planes para hoy.
-Ya está Ama.
-Hmmm, Martín, esa polla es muy descarada, está muy tiesa.
-Si, Ama, ¿le molesta?
- Mmmm, no del todo
Sentado en el sofá deslicé el látigo de nuevo por sus huevos primero y después por su polla la cual recibió golpe de látigo hacia un lado y luego hacia el otro.
-Eso por la espera, que sabes que me pongo nerviosa.
-Lo merecía Ama, lo merecía.
-Ponte de pie Martín quiero que hagas algo
Martín obedeció. Se puso de pie. Su cuerpo solo estaba protegido por una camiseta roja que marcaba todos sus abdominales y podía ver perfectamente su biceps duro como su polla en ese momento.
-Levanta las manos, ante mi has de ir siempre desnudo, del todo.
-Claro Ama.
Le acabé de liberar de la prenda que aun le protegía. Me coloqué de nuevo detrás suyo. Volví a tirarle hacia mi pero ahora agarrándole del pelo. Recosté su cabeza sobre mi hombro para que me oyera como le susurraba.
-Martín, ¿que notas ahora?
-Noto mi cuerpo muy cerca, pegado a Ud. Ama
-Bien Martín, y ¿qué crees que tienes cerca de tus manos?
-Creo que tengo su coño, Ama.
-Bravo Martín. Tienes justo a la altura de tus manos el coño de tu Ama. Escucha atentamente Martín, quiero que cada uno de los dedos de tus manos esposadas se mojen de mi. Quiero que tus manos se llenen de mi humedad.
-Deseo hacerlo Ama, deseo meter mis manos en su coño, que se me humedezcan, quiero tener la oportunidad de tener su coño en mis manos, no habría mejor premio para mi.
Martín movió sus dedos hacia mi, buscó el contacto con mi coño, separó el tanga con unos, otros abrían la entrada dejando libre el paso para los otros que entraban ya sin obstáculos.
-Ama está todo muy húmedo.
-Claro Martín, estoy muy caliente y quiero usarte para mi placer, quiero examinar tus habilidades una por una, saber si me serás útil y en que debes mejorar, sigue con tu labor.
-Si Ama, sigo con ello, me excita mucho hacérselo, notar su coño tan caliente me pone a mi muy caliente.
Martín masajeaba con todos sus dedos mi coño, buff me gustaba mucho ese masaje, él cerraba las piernas e intentaba arquear su cuerpo hacia delante para intentar rozarse la polla, no podía por supuesto, ese arqueo hacía que los dedos entraran más, tenía un pulpo en mi pelvis, un dedo descubrió mi clítoris, lo rodeaba, otro entraba por mi vagina golpeándola, el resto deambulaban por todo él. Empecé a gemirle al oído.
-Vaya sorpresa lo bien que te desenvuelves entre coños, ¿te gusta hacerlo?
-Me vuelven loco
-Pues si sigues así vas a conseguir que me corra . Hmmmmmm. Pero ni se te ocurra parar.
-No quiero parar Ama, su placer es el mío.
Yo me agarré fuertemente a él con una mano le clavaba las uñas en el pecho por la aproximación del orgasmo y la excitación extrema que estaba teniendo y en la otra necesitaba tener su polla, la alargué y se la meneé rápido con el ritmo que yo necesitaría si en ese momento en lugar de sus dedos tuviera su polla dentro.
-Ni se te ocurra correrte Martín
-Ahh, no lo haré, ahhh, pero tenga piedad y afloje el ritmo, no sé si resistiré.
-Resistirás. Hmmmmmm, Resistirás
-Martín
-Diga Ama
-Tu
Ama
se
corre
YA ...ahhhhhhhhhh

Y liberé su polla en ese momento.

Maldito calor! descontrola mis sentidos.

miércoles, 18 de abril de 2007

Topaz y Martín (I)

El timbre sonó y ahí estaba yo... esperándote. Una sonrisa de poder iluminó mi cara. Habías acudido a la cita, a mi cita, a mi reclamo, al reclamo de nuevas sensaciones, la vida en directo.

Recorrí el pasillo lentamente pero con seguridad, procurando que oyeras mis pasos firmes que se acercaban a la puerta. El ruido de mis tacones recorriendo el pasillo era totalmente intencionado, darte la última oportunidad para escapar.
Quise cerrar los ojos antes de abrir la puerta, no soportaría tu huída y era una posibilidad, el arrepentimiento en el último momento.
Tomé el pomo con seguridad y firmeza y pensé que tu polla , si no te habías ido, ya estaría dura como ese mango.
Deseaba que me vieras, y que al hacerlo un escalofrío recorriera tu cuerpo, que temieras la cita tanto como la deseabas.

Finalmente la puerta realizó todo su recorrido de apertura y ahí estabas tu, nervioso pero seguro, lo vi rápidamente en tus ojos. Yo también lo estaba, me sentía como una principiante. Siempre imaginando como sería una cita contigo y en ese momento como a día 0, dejé mi mente en blanco y me la jugué a la carta del rol, si conseguíamos mantener nuestros papeles ésta iba a ser una experiencia inolvidable.
Cuando bajaste la vista ante mi presencia supe que todo saldría bien.

-Arródillate! para entrar en mi dominio no puedes hacer otra cosa que estar muy por debajo de mí.
-A sus pies... mi Ama .

martes, 3 de abril de 2007

Resurgir

Si vine del infierno puedes imaginar mi afinidad hacia esa llama, intensa, que inspiró muchas banderas, de forma no casual.
Rojo, amarillo.... fuego
Un día esos colores se apagan entre mis dedos y pasan a ser los complementarios:
verde enmohecido
y
azul frío,
calando la piel y oxidando los huesos.
Y sobre ese lago me rebelo
surjo con el brazo en alto a buscar otra vez
esa llama
que me proporcione otro tipo de humedad
aunque todo dependa
de un fino hilo
tan frágil
tan inexistente
como mi vida cuando desaparezcas
y momifiques todos los instantes
en mi memoria.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Atrapado

Encriptado, encadenado te tengo.
Te liberaré cuando mi deseo así lo solicite.
Y cuando vea tu cuerpo casi desnudo
tu polla deseando salir
cuando finalmente la liberes
y te toques
te estaré tocando yo
robándote las caricias a través de tus manos
masajeándote el cuerpo con mi mirada
lamiéndote de arriba a abajo
absorbiendo tu momento
porque cuando la distancia me limita a las dos dimensiones
genero la tercera al verte
para disfrutar del bello instante del momento

Nunca más gritos sordos,
quiero que me oigas cada vez
que me llevas a lo más alto
y que tu oído sea como mis ojos
el sentido que recuerde
todos los instantes
que aunque se diluyan
será imposible olvidar.

sábado, 3 de marzo de 2007

Cadenas

Borra esa sonrisa de tu cara. Cámbiala por una de deseo. Esa es la que me ata a ti.

Rodea tu cuerpo con esas cadenas y entra en mi juego. Luego te obligaré a arrodillarte y te taparé los ojos con tus propios párpados. La oscuridad no será el presagio de un sueño, sino el inicio de otra realidad.
Y suspirarás de nuevo, y el atractivo azar de lo ya conocido te sumergirá en mi cuerpo, mis tacones se clavarán con fuerza y mi boca te guiará en tu camino ordenándote cuando y como debes respirar y en que momento justo liberar el aprisionado veneno que guardas sólo para mí.

Nunca se detiene el reloj, seguirá impasible su lucha por separarnos de nuevo. Es él quien rompe las cadenas y en lugar de liberarnos, nos condena de nuevo a la espera.

Cruel castigo.

miércoles, 31 de enero de 2007

Blanco

La página está en blanco. Mi vida está en blanco. Como un cuaderno por estrenar. Blanco. Con hojas frágiles blancas. Lo dejo a merced del viento. Vuelan los folios engomados al lomo del cuaderno. Paran en una hoja, pero está en blanco, y el viento juguetea y busca algún renglón, una mancha que destroce ese color tan impoluto. No existe. He de inventar de nuevo una historia. Mi interior negro me lo pide a gritos.

viernes, 26 de enero de 2007

Miénteme

Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: Tantos como mujeres tú recuerdas
Johnny: No te vayas.
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo dulce.
Vienna: Seguro. ¿Qué quieres escuchar?
Johnny: Miénteme. Dime que todos estos años tú me has estado esperando.
Vienna: Todos estos años te he estado esperando.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiera vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieras vuelto.
Johnny: Dime que aun me amas como yo te amo.
Vienna: Aun te amo como tú me amas.
Johnny: Gracias. Muchas gracias.


Johnny Guitar. Nicholas Ray

martes, 16 de enero de 2007

Historia mojada en corazones errantes

Nace un nuevo día, notas al abrir los ojos y sentir como un rayo de luz atraviesa la alcoba iluminándola débilmente.
Tus manos buscan mi cuerpo pero la cama está desierta.
Oyes el sonido del agua de la ducha. Empiezas a imaginarme dentro. Se te pone dura. Es una reacción rápida, incontrolable, se eriza el vello de tu piel y tu mente sólo piensa en una cosa: quieres y vas a follarme.

Te gusta demasiado estar excitado para mí, para follarme bien, te encanta mirar tu polla así de dura y desafiante.
No vas a esperar que salga.
Entras en el baño, la humedad y el espejo entelado te excitan aún mucho más.
Dibujas un corazón en el espejo, intentando pensar con cordura, pero, inmediatamente después escribes debajo: mi corazón hoy sólo late para metértela bien dentro.

Corres la cortina de la ducha con un golpe que me descubre sobresaltada y desnuda, totalmente enjabonada, mi cabello largo cae sobre mis pechos y miras directamente mis pezones tensos por la mezcla de frío y excitación.
No puedo evitar buscar con mi mirada tus ojos, encuentro en ellos una salvaje erección y me lo demuestra el dibujo en relieve de tu polla en el boxer, te liberas de él, porque quieres que te vea así de excitado, que te contemple como el hombre que eres, tan macho, tan atractivo, tan animal. Tu cuerpo ruge, la fiera desea sexo. Un serpenteo eléctrico me recorre y empiezo a humedecerme también por dentro.
Que no me hables y solo me mires me excita mucho más. Tengo la sensación que invades una parcela privada, ese momento en que se limpia el cuerpo y se libera el alma. Tus manos se acercan a mi cuerpo sin dejar de mirarme a los ojos, se apoyan en él y el jabón desliza suave entre tus manos suave masaje frontal que me acaricia, y cierro los ojos y tu también y nos dejamos llevar por la humedad, la espuma y las olas.
Me dibujas mentalmente con tus manos, suave, suave, muy suave. Sigues dibujándome, nunca unas manos fueron tan buenos pinceles, los hombros delimitan el fin así que me giras y bajas por mi espalda, me rozas y la noto ahí bien dura, bien fuerte, bien grande. Dios! me encanta sentirla así tan cerca de mi, llamando a mi puerta, que estés tan caliente, me hace temblar de placer.
Mordisqueas el lóbulo de mi oreja, noto tu aliento cálido sobre mi piel mojada, bajas por mi cuello, lo besas mientras sigues suave masajeando mi pecho, cogiendo con dos dedos mis pezones frotándolos con suavidad. Yo te busco con mis manos, me agarro a tu trasero y te aprieto contra mi, no quiero perder el contacto ni un solo segundo, me rozo contra tu polla subiendo y bajando de forma lenta para no perder el contacto con tu miembro. Empiezo a no ser yo y mi identidad desaparece por completo cuando tus manos, generosas, se acercan a mi sexo y lo acarician.
Tomas la ducha y aclaras los restos de jabón que quedan sobre mi piel, tiene una buena presión y diriges el chorro hacia mi coño y mmmmm me abro de piernas para notar como me acaricia ese chorro, tan caliente... como tu lengua , y tan dura... como tu polla. Me giro y me pongo de rodillas, necesito ahora tu polla en mi boca, está hecha a mi medida, yo soy su molde. La consigo gimiendo de placer por tenerla allí, tu gimes, me agarras de la cabeza con las dos manos, haces que te la coma como a ti te gusta, una, dos, tres....me encanta como me follas la boca, hasta mi coño tiene celos, y sabes perfectamente que también está totalmente húmedo, preparado para ser penetrado en cualquier momento. Decides que esta etapa ha llegado al final.
Tiras mi cabeza hacia atrás separándome de mi premio y diriges mi cara hacia la tuya haciendo que tus ojos, tus brillantes ojos azules, se claven en los míos y ambos buscan con desesperación la comunión de salivas de nuestras bocas.
Te agachas y... metes tu lengua en mi boca, la recorres, la analizas, la acaricias y la radiografías completamente, muerdes mi labio inferior yo el tuyo también, nos queremos devorar porque solo así nos poseeremos de verdad, como caníbales, con la rabia del deseo extremo.
Salimos de la ducha abrazados, tapados por una toalla que nos libera de la humedad externa y hace que notemos más la interna. Los besos siguen, las caricias se vuelven descontroladas, el contacto se vuelve intenso y deseo estar siempre así.

Me estiras en la cama y estoy deseando seguir humedeciéndome con tu saliva. No tienes prisa y mi cuerpo es largo, quieres que gocen todos mis poros, todas mis células se están transformando en sexo. Los dedos de mis pies se deslizan en tu boca, el deseo de tu boca de lamerme, de poseerme con la lengua, hace que vaya subiendo suave por los tobillos hasta llegar a la entrepierna y finalmente a un destino más húmedo que el suyo: A la cueva de mi placer.
Mi coñito recibe con temblor tu lengua y me buscas con la mirada pidiendo autorización de entrar en tan privada parcela, te agarro la cabeza y te la hundo, esa es la respuesta a tu pregunta visual, suave masaje, extremecedor y caliente, indescriptible y el círculo alrededor de mi clítoris buscando un orgasmo me lleva muy arriba, tanto que siento que me llegará en segundos. Quiero correrme con tu lengua dentro. Maravillosa tortura de deseo. Maravilloso orgasmo que me das, mmmm, contracciones que me contornean el cuerpo después de la descarga eléctrica del placer.
Nos miramos y sabes bien que yo quiero aun más, mi primer orgasmo no ha hecho más que desear un segundo. Me incorporo para buscarte, para tocarte, para comprobar como si de un metal se tratara, su dureza y ahí sigue, desafiando la gravedad, insultando a Newton por la teoría que no cumple tu polla Martín, y tu me giras boca abajo para follarme a cuatro patas, yo lo deseo, y que esta tortura que solo entienden los amantes no acabe jamás, sería capaz de pasar la vida follando contigo, sin hacer otra cosa que comerte la polla y que tu me hicieras correr una y otra vez, como lo haces siempre. En esa postura me estiras del pelo tirando la cabeza hacia atrás con una mano, mientras que con la otra diriges tu polla dura hacia mi coño que te espera ansioso. Y empiezas a embestirme, me empiezas a follar muy duro, me vas a demostrar lo que tu polla puede hacer dentro de mi coño, que estaban hechos el uno para el otro, para darse placer mutuo, Cómo grito! Cómo gimo! Como digo una y otra vez: fóllame así Martín!!, así, así, duro, muy duro, soy tu puta, derrama tu leche en mi. Quiero notar ese chorro, esa contracción, quiero volver a correrme en ese momento. Pero tu quieres verme la cara cuando lo haga, así que me giras y me sientas sobre tus piernas y me vuelves a clavar la polla, me mueves a tu antojo, te metes mis tetas en la boca, muerdes mis pezones que cortarían por su dureza el hielo, y tu sigues moviéndote, moviéndome, tocándonos, besándonos, hasta el punto que noto como mi límite se agota, sientiéndote tanto a ti, tus manos, tu boca, tu polla... demasiado para aguantar mucho más sin salir despedida al vacío, tu lo sabes, yo, te suplico con la mirada el vuelo al infinito de nuevo, que me lleves al abismo, quiero que me mires mientras llega y es en el momento en que empiezan mis contracciones por un nuevo orgasmo cuando tu me regalas el tuyo vertiendo toda tu leche dentro de mi, notando intensamente ese pulso vibrante del inicio apoteósico del fin de trayecto y es en ese instante cuando tiene sentido decir que somos sólo uno.

miércoles, 10 de enero de 2007

Hoy soy el demonio

Por venir aquí a contártelo todo.
Por poder respirar azufre y sobrevivir.
Por reptar por el suelo y alzarme libre
Porque sé que me necesitas,
quieres leerme al amanecer
cuando yo ya no existo
Recordarme y releerme tantas y tantas veces
hasta que estalles de nuevo suplicando
una palabra más
una orden
una misión
Obedecerás a Satán
Obedecerás a tu nuevo Dios.