miércoles, 31 de enero de 2007

Blanco

La página está en blanco. Mi vida está en blanco. Como un cuaderno por estrenar. Blanco. Con hojas frágiles blancas. Lo dejo a merced del viento. Vuelan los folios engomados al lomo del cuaderno. Paran en una hoja, pero está en blanco, y el viento juguetea y busca algún renglón, una mancha que destroce ese color tan impoluto. No existe. He de inventar de nuevo una historia. Mi interior negro me lo pide a gritos.

viernes, 26 de enero de 2007

Miénteme

Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: Tantos como mujeres tú recuerdas
Johnny: No te vayas.
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo dulce.
Vienna: Seguro. ¿Qué quieres escuchar?
Johnny: Miénteme. Dime que todos estos años tú me has estado esperando.
Vienna: Todos estos años te he estado esperando.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiera vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieras vuelto.
Johnny: Dime que aun me amas como yo te amo.
Vienna: Aun te amo como tú me amas.
Johnny: Gracias. Muchas gracias.


Johnny Guitar. Nicholas Ray

martes, 16 de enero de 2007

Historia mojada en corazones errantes

Nace un nuevo día, notas al abrir los ojos y sentir como un rayo de luz atraviesa la alcoba iluminándola débilmente.
Tus manos buscan mi cuerpo pero la cama está desierta.
Oyes el sonido del agua de la ducha. Empiezas a imaginarme dentro. Se te pone dura. Es una reacción rápida, incontrolable, se eriza el vello de tu piel y tu mente sólo piensa en una cosa: quieres y vas a follarme.

Te gusta demasiado estar excitado para mí, para follarme bien, te encanta mirar tu polla así de dura y desafiante.
No vas a esperar que salga.
Entras en el baño, la humedad y el espejo entelado te excitan aún mucho más.
Dibujas un corazón en el espejo, intentando pensar con cordura, pero, inmediatamente después escribes debajo: mi corazón hoy sólo late para metértela bien dentro.

Corres la cortina de la ducha con un golpe que me descubre sobresaltada y desnuda, totalmente enjabonada, mi cabello largo cae sobre mis pechos y miras directamente mis pezones tensos por la mezcla de frío y excitación.
No puedo evitar buscar con mi mirada tus ojos, encuentro en ellos una salvaje erección y me lo demuestra el dibujo en relieve de tu polla en el boxer, te liberas de él, porque quieres que te vea así de excitado, que te contemple como el hombre que eres, tan macho, tan atractivo, tan animal. Tu cuerpo ruge, la fiera desea sexo. Un serpenteo eléctrico me recorre y empiezo a humedecerme también por dentro.
Que no me hables y solo me mires me excita mucho más. Tengo la sensación que invades una parcela privada, ese momento en que se limpia el cuerpo y se libera el alma. Tus manos se acercan a mi cuerpo sin dejar de mirarme a los ojos, se apoyan en él y el jabón desliza suave entre tus manos suave masaje frontal que me acaricia, y cierro los ojos y tu también y nos dejamos llevar por la humedad, la espuma y las olas.
Me dibujas mentalmente con tus manos, suave, suave, muy suave. Sigues dibujándome, nunca unas manos fueron tan buenos pinceles, los hombros delimitan el fin así que me giras y bajas por mi espalda, me rozas y la noto ahí bien dura, bien fuerte, bien grande. Dios! me encanta sentirla así tan cerca de mi, llamando a mi puerta, que estés tan caliente, me hace temblar de placer.
Mordisqueas el lóbulo de mi oreja, noto tu aliento cálido sobre mi piel mojada, bajas por mi cuello, lo besas mientras sigues suave masajeando mi pecho, cogiendo con dos dedos mis pezones frotándolos con suavidad. Yo te busco con mis manos, me agarro a tu trasero y te aprieto contra mi, no quiero perder el contacto ni un solo segundo, me rozo contra tu polla subiendo y bajando de forma lenta para no perder el contacto con tu miembro. Empiezo a no ser yo y mi identidad desaparece por completo cuando tus manos, generosas, se acercan a mi sexo y lo acarician.
Tomas la ducha y aclaras los restos de jabón que quedan sobre mi piel, tiene una buena presión y diriges el chorro hacia mi coño y mmmmm me abro de piernas para notar como me acaricia ese chorro, tan caliente... como tu lengua , y tan dura... como tu polla. Me giro y me pongo de rodillas, necesito ahora tu polla en mi boca, está hecha a mi medida, yo soy su molde. La consigo gimiendo de placer por tenerla allí, tu gimes, me agarras de la cabeza con las dos manos, haces que te la coma como a ti te gusta, una, dos, tres....me encanta como me follas la boca, hasta mi coño tiene celos, y sabes perfectamente que también está totalmente húmedo, preparado para ser penetrado en cualquier momento. Decides que esta etapa ha llegado al final.
Tiras mi cabeza hacia atrás separándome de mi premio y diriges mi cara hacia la tuya haciendo que tus ojos, tus brillantes ojos azules, se claven en los míos y ambos buscan con desesperación la comunión de salivas de nuestras bocas.
Te agachas y... metes tu lengua en mi boca, la recorres, la analizas, la acaricias y la radiografías completamente, muerdes mi labio inferior yo el tuyo también, nos queremos devorar porque solo así nos poseeremos de verdad, como caníbales, con la rabia del deseo extremo.
Salimos de la ducha abrazados, tapados por una toalla que nos libera de la humedad externa y hace que notemos más la interna. Los besos siguen, las caricias se vuelven descontroladas, el contacto se vuelve intenso y deseo estar siempre así.

Me estiras en la cama y estoy deseando seguir humedeciéndome con tu saliva. No tienes prisa y mi cuerpo es largo, quieres que gocen todos mis poros, todas mis células se están transformando en sexo. Los dedos de mis pies se deslizan en tu boca, el deseo de tu boca de lamerme, de poseerme con la lengua, hace que vaya subiendo suave por los tobillos hasta llegar a la entrepierna y finalmente a un destino más húmedo que el suyo: A la cueva de mi placer.
Mi coñito recibe con temblor tu lengua y me buscas con la mirada pidiendo autorización de entrar en tan privada parcela, te agarro la cabeza y te la hundo, esa es la respuesta a tu pregunta visual, suave masaje, extremecedor y caliente, indescriptible y el círculo alrededor de mi clítoris buscando un orgasmo me lleva muy arriba, tanto que siento que me llegará en segundos. Quiero correrme con tu lengua dentro. Maravillosa tortura de deseo. Maravilloso orgasmo que me das, mmmm, contracciones que me contornean el cuerpo después de la descarga eléctrica del placer.
Nos miramos y sabes bien que yo quiero aun más, mi primer orgasmo no ha hecho más que desear un segundo. Me incorporo para buscarte, para tocarte, para comprobar como si de un metal se tratara, su dureza y ahí sigue, desafiando la gravedad, insultando a Newton por la teoría que no cumple tu polla Martín, y tu me giras boca abajo para follarme a cuatro patas, yo lo deseo, y que esta tortura que solo entienden los amantes no acabe jamás, sería capaz de pasar la vida follando contigo, sin hacer otra cosa que comerte la polla y que tu me hicieras correr una y otra vez, como lo haces siempre. En esa postura me estiras del pelo tirando la cabeza hacia atrás con una mano, mientras que con la otra diriges tu polla dura hacia mi coño que te espera ansioso. Y empiezas a embestirme, me empiezas a follar muy duro, me vas a demostrar lo que tu polla puede hacer dentro de mi coño, que estaban hechos el uno para el otro, para darse placer mutuo, Cómo grito! Cómo gimo! Como digo una y otra vez: fóllame así Martín!!, así, así, duro, muy duro, soy tu puta, derrama tu leche en mi. Quiero notar ese chorro, esa contracción, quiero volver a correrme en ese momento. Pero tu quieres verme la cara cuando lo haga, así que me giras y me sientas sobre tus piernas y me vuelves a clavar la polla, me mueves a tu antojo, te metes mis tetas en la boca, muerdes mis pezones que cortarían por su dureza el hielo, y tu sigues moviéndote, moviéndome, tocándonos, besándonos, hasta el punto que noto como mi límite se agota, sientiéndote tanto a ti, tus manos, tu boca, tu polla... demasiado para aguantar mucho más sin salir despedida al vacío, tu lo sabes, yo, te suplico con la mirada el vuelo al infinito de nuevo, que me lleves al abismo, quiero que me mires mientras llega y es en el momento en que empiezan mis contracciones por un nuevo orgasmo cuando tu me regalas el tuyo vertiendo toda tu leche dentro de mi, notando intensamente ese pulso vibrante del inicio apoteósico del fin de trayecto y es en ese instante cuando tiene sentido decir que somos sólo uno.

miércoles, 10 de enero de 2007

Hoy soy el demonio

Por venir aquí a contártelo todo.
Por poder respirar azufre y sobrevivir.
Por reptar por el suelo y alzarme libre
Porque sé que me necesitas,
quieres leerme al amanecer
cuando yo ya no existo
Recordarme y releerme tantas y tantas veces
hasta que estalles de nuevo suplicando
una palabra más
una orden
una misión
Obedecerás a Satán
Obedecerás a tu nuevo Dios.