domingo, 12 de agosto de 2007

Topaz y Martin (IV)

-Voy a follarte por cerdo Martín.

-FO

-LLAR

-TE

-¿entendiste?

-Si. Perfectamente. Úseme Ama, se lo ruego


Hice que se estirara en el suelo, abierta de piernas pasé de arriba a abajo un par de veces, que me viera, que viera quien estaba arriba, quien controlaba el juego. Le pisé el pecho como si apagara un cigarro en él, luego pasé a los testículos, sus piernas, acabé pasando mi tacón por su cara y él abría la boca buscando lamerlo, yo ahora lo que me apetecía más que nada era follarle y él estaba allí para cumplir mis deseos.

-¿Dime que eres Martín?
-Soy una puta
-Nooo querido aún no.
-¿Qué eres Martín?
-Soy su siervo Ama, un maldito y rastrero siervo
-Si, eso eres, mi siervo.
-¿Eres algo más? dímelo bien alto que yo lo oiga
- Soy un CER... , y en ese momento me calcé su polla dentro, ...DOO
- Quiero que sigas gritando lo que eres mientras te follo Martin, todo el rato, tengo que oirte.

Su polla entró dentro de mi hasta el fondo, mis sentidos estaban centrados en mi coño y en mi oído, quería su polla para siempre, sus palabras en mi oído cuando las quisiera oir. Sentí que podría follarme a ese hombre todos los días de mi vida, que le follaría siempre, así, sin importar si quisiera o no, yo estaba segura de querer follármelo a diario, todas las veces posibles, cientos de veces, notar su polla, y ser solo yo quien le follara, haciéndole sentir como un cerdo, como un juguete de uno o varios usos, para que yo lo use, sólo Yo.
No tardé en correrme...., en ese momento le aprisioné la cara hacia mi pecho fuerte, mi pubis estaba fundido, se deshacia en espasmos. Separé su cara, le miré, y oí lo que quería oir
-Soy su cerdo, Ama.
Tapé su boca y mirándole fijamente seguí follándole, salvajemente, con pocos movimientos más llegaba mi segundo orgasmo, le metí mis dedos en la boca para que los chupara mientras me corría de nuevo.
Sudábamos .... yo..... necesitaba descansar, él me miraba sin saber que iba a pasar, su polla seguía bien dura lo cual me agradaba enormemente.

-Martín, ahora llegó el momento en que te vas a sentir la más puta de todas.