miércoles, 18 de abril de 2007

Topaz y Martín (I)

El timbre sonó y ahí estaba yo... esperándote. Una sonrisa de poder iluminó mi cara. Habías acudido a la cita, a mi cita, a mi reclamo, al reclamo de nuevas sensaciones, la vida en directo.

Recorrí el pasillo lentamente pero con seguridad, procurando que oyeras mis pasos firmes que se acercaban a la puerta. El ruido de mis tacones recorriendo el pasillo era totalmente intencionado, darte la última oportunidad para escapar.
Quise cerrar los ojos antes de abrir la puerta, no soportaría tu huída y era una posibilidad, el arrepentimiento en el último momento.
Tomé el pomo con seguridad y firmeza y pensé que tu polla , si no te habías ido, ya estaría dura como ese mango.
Deseaba que me vieras, y que al hacerlo un escalofrío recorriera tu cuerpo, que temieras la cita tanto como la deseabas.

Finalmente la puerta realizó todo su recorrido de apertura y ahí estabas tu, nervioso pero seguro, lo vi rápidamente en tus ojos. Yo también lo estaba, me sentía como una principiante. Siempre imaginando como sería una cita contigo y en ese momento como a día 0, dejé mi mente en blanco y me la jugué a la carta del rol, si conseguíamos mantener nuestros papeles ésta iba a ser una experiencia inolvidable.
Cuando bajaste la vista ante mi presencia supe que todo saldría bien.

-Arródillate! para entrar en mi dominio no puedes hacer otra cosa que estar muy por debajo de mí.
-A sus pies... mi Ama .

1 comentario:

Anónimo dijo...

deseando de leer la segunda parte... y las que vengan.