domingo, 28 de octubre de 2007

Topaz y Martín. Fin del relato

Le dejé ahí
empalmado
caliente
como una perra en celo
y decidí...
que había llegado el momento.

Entré en el baño, necesitaba estar sola,
respirar hondo
cerré los ojos y me prometí a mi misma
no olvidar nunca ese día

irrepetible

inolvidable

solos los dos.


Él seguía fuera,
espectante
sumiso
entregado
como a mí me gustaba.

Salí del baño y le tapé los ojos con un pañuelo oscuro
no pensaba seguir jugando al gato y al ratón
yo sólo quería el ratón dentro de la ratonera
que pensara y que no pensara

Mi siguiente plan era pasar a otro ámbito
donde yo me sentiría ahora más cómoda
donde él por fin conseguiría disfrutar su condición
también me proporcionaba placer esa espera
y la intriga del desenlace.

Busqué la ropa adecuada y la dejé al lado de la cama
él estirado seguía con una erección agradable a la vista

Le chupé la polla
me la metí en la boca
la lamí
la succioné
no demasiado
lo suficiente para que volviera a saber que yo estaba allí

-Oh Ama, gracias!!!
-Tu Ama quería un dulce, y fue demasiado tentador lo que me ofrecías, pero ya me cansé, soy caprichosa por segundos
-Espero que no se canse de mí, Ama, yo la adoro.
-Eso dependerá de si sigo calentándome contigo o bien dejas de interesarme.
-Haré lo que sea Ama
-Por ese camino siempre irás bien conmigo Martín.

Empecé a vestirle.
Levanté sus piernas hacia arriba y le puse un tanguita, el inicio de su transformación le puso la verga aun más dura.

-Ama, ¿me está vistiendo?, yo...no lo merezco...gracias
-No te visto Martín, te voy a transformar en lo que eres y deseas ser siempre para mí, serás mi puta, serás Samanta. Levanta ese culo putita que he de aprisionar tu polla con éstas tus nuevas braguitas.
-Como ordene.

Samanta era mi puta y como tal tenía que ir vestida.
Todo el proceso fue muy agradable, disfruté vistiéndole como a una verdadera ramera; medias con liguero, blusita negra transparente, peluca rubia, labios rojos, le puse unos zapatos con tacón alto y....ya tenía una puta en mi habitación, para mí, para follármela a mi antojo.
Al finalizar la transfomación me coloqué detrás suyo y delante del espejo de pared donde podíamos vernos, así que a la vez que le acariciaba el paquete le quité la venda de los ojos , para que se viera, para que se reconociera con su nueva imagen.

-Ama, me siento la más puta de todas.... me gusta
-Lo eres Samanta, lo eres. Mírate bien.

Aproveché su acercamiento al espejo para cambiar mis manos de posición, le agarré las dos muñecas por detrás y apoyé sus manos en el espejo, con el cuerpo doblado hacia alante. Así podría disfrutar de su cuerpo expuesto por todos los lados, y Samanta disfrutaba viéndose tan puta.

-Mírate ahora Samanta y no me digas que no estás linda.
-Estoy completamente a su merced, estoy muy caliente Ama, mucho.
- Samanta, quiero que seas la mejor puta para mí, que camines como una puta, que hables como una puta, que gimas como la más puta y... te sientas la más zorra de la ciudad.

Dicho esto le agarré la tira del tanga y se la estiré para que notara el contacto con su culo deseoso de ser follado. Samanta gimió.

-Mmmmmm gracias por hacerme sentir así.
-Calla zorra!

y separé la tira de su tanga y le metí dos dedos por su culo, agarré su pelo y lo estiré hacia atrás para que se mirara bien como gemía, y lo hacía, vaya si lo hacía la muy puta.

Samanta era ya Samanta , con sus morritos rojos y esa pinta de burdel de lujo.
Detuve mi maniobra

-Eres muy guapa Samanta
-¿De verdad se lo parezco?
-Hoy si, eres la más guapa y morbosa zorrita que conozco. Incorpórate

Y le metí la lengua sin permiso, me recibió con ganas, como la puta que deseaba ser follada que era, su boca de carmín se deshizo en mi boca, sabía a zorra de primera y me gustó.

-Te has despintado. Quiero esos morritos bien rojos. Toma, píntatelos que ahora vuelvo.
Me retiré de la habitación para buscar mi herramienta. Me até un arnés con una polla de dimensiones respetables. Lo tapé con un vestidito... quería que fuera una sorpresa.

-Samanta, ven aquí
-Ahora mismo Ama
-Quiero que te arrodilles, que me beses de abajo hacia arriba y que descubras lo que se esconde bajo mi vestido...
-Ahora mismo

Y se arrodilló, y pasaba su lengua por mis botas, luego mis muslos, y seguía subiendo y metió la cabeza debajo del vestido y lo descubrió
-Oh, cielos, Ama! vaya sorpresa!
-Métetela toda dentro de tu puta boca de cerda Samanta. Quiero follarte esa boca de putita

Y se la metió, y yo para ver el espectáculo, levanté la falda del vestido y me lo quité, para observar cada detalle, le agarré del pelo y le obligué a mirarme mientras tenía el falo dentro de su boca.

-Mírame y dame las gracias Samanta
-ggazas Ammma, dijo con la boca llena
-Así me gusta, putita come pollas, que me des placer, que te la metas bien adentro, mira como te follo la boca, disfrútalo!!

y le agarré la cabeza para contribuir con la mamada... para que la tuviera bien adentro... para que una vez más, viera quien mandaba ahí, ni que decir tiene que tenía mi papel totalmente interiorizado y estaba disfrutando del momento al máximo.

Saqué la polla de su boca y me senté encima de la cama.

-Quiero que te pasees para mí Samanta, esos tacones te sientan fenomenal.
Los primeros pasos fueron un tanto desastrosos, con los tacones, casi pierde el equilibrio, pero poco a poco iba aprendiendo. Andaba por la habitación mientras yo le preguntaba cosas.

-¿Como te sientes Samanta?
-Muy puta, Ama
-¿Mi puta está caliente?
-Muy caliente, Ama
-¿Mi puta quiere que la folle?
-Si Ama, lo deseo mucho
-Dime que eres
-Soy su puta, su zorra, a su servicio

Me levanté y me puse delante de ella, estaba ya segura que se sentía la más puta. Ahora se sentiría mucho más.
Con unas tijeras corté las tiras laterales de su tanga, su paquete se liberó, su polla estaba como una piedra, me gustaba eso, le estiré el tanga.

-Así te sentirás más libre, zorrita

Y le agarré la polla mientras le acababa de separar la cinta del tanga que recorría su culo

-Samanta, ahora quiero que te pongas a cuatro patas. ¿Sabes que quiero hacer?
-A lo mejor desea follarse a su puta
-Eres lista, eso es exactamente lo que quiero. No lo hice nunca con una puta tan rubia, seguro que te encanta que te follen el culo, ¿a que si zorra?
-Si, me encantará lo que quiera hacerme

Y se puso a cuatro patas, en el suelo, encima de una alfombra. Me coloqué delante de su cara.

-Voy a explorarte, chupa bien mis dedos

Y le metí los dedos por la boca, quería que estuvieran bien húmedos para investigar su trasero. Los chupaba como si la vida le fuera en ello.

-Bien Samanta, bien

Me coloqué detrás de mi puta, arrodillada sobre la alfombra, metí los dedos lubricados por su saliva en su culo y le pregunté:

-¿Los notas? entran muy bien
-Si, si los noto... mmmm, me gusta
-Ya veo que te gusta, y que estás preparada para algo más grande.
-Si, lo estoy.
-Suplícamelo
-Ama, FÓLLEME!!!

Le agarré de las caderas, apunté y disparé a la diana. Le estaba metiendo la polla del arnés por su culo. Emitió un grito-gemido.

-Iré con cuidado al principio, Samanta, luego pienso darte mucha caña, destrozarte ese culito goloso y tragón.
-Mmmmmm, si, Ama, si, haga lo que quiera conmigo.

Por supuesto que lo hice, le estaba follando el culo a una puta fina, cada embestida la estaba disfrutando, y ella también. Estuve así un buen rato, pellizcaba su trasero, se lo azotaba, le agarraba fuerte por las caderas para que no se me escapara, la tenía aprisionada.

Solté las manos de las caderas y con una le agarré el pelo, se lo estiré hacia atrás.

-Gime más fuerte putón! no te oigo disfrutar

Se deshacía en gemidos mientras yo la estaba usando.

-PUTA!
-CERDA!
-ZORRA!
-Siiiiiiiiiiii,-decía ella- y gemía y gritaba.

La otra mano libre la deslicé a su polla, quería que sintiera que estaba siendo usada por todos los lados, que nada le pertenecía, que era toda mía. Tenía los huevos duros, la polla dura, el culo lleno ¿qué más quería?

-Mi putita va a correrse donde yo le diga ¿verdad?
-Si, donde me diga, Ama
Saqué la polla de su culo, me incorporé.
-Ponte ahora de rodillas.
-Samanta, libérame del arnés con la boca.

Y Samanta volvió a meterse el pollón que acababa de follarle el culo en la boca, ahora ya con intención de quitarlo de mi cuerpo, pero lo chupaba la muy puta con ganas.

-Samanta, mete tu polla de zorrón caliente entre mis botas Samanta y frótate en ellas hasta que les salga brillo.

Por la posición cada vez que se frotaba con las botas su cara quedaba a la altura de mi coño, Samanta metía la lengua, me gustó esa improvisación, la muy puta quería que yo me corriera también mientras ella estaba follando mis botas.

-Creo que esa lengua de ramera va a conseguir que me vuelva a correr, si sigues así, Samanta me voy a correr en tu cara. Y cuando lo notes quiero que tu también te corras, que lo hagas en mis botas.
-Quiero que disfrute Ama Topaz, que goce con su puta.
-Si Samanta, lo hago, sigue así furcia.

Le agarré la cabeza y la aprisioné contra mi coño, estaba a punto de correrme, le estiraba del pelo, le apretaba más, y notaba su puta lengua dándome placer dentro, y notaba su polla frotándose entre mis botas, y sentía que iba a explotar y quería hacerlo.

-Vamos a corrernos ya, puta! -

y le restregué todo el coño por la cara mientras me corría, a la vez Samanta sacaba su polla de entre mis botas para regar su corrida en ellas.
Ahora los dos gemíamos al unísono, sintiendo a la vez el placer inmenso de la que probablemente sería la corrida más hermosa de la Tierra.

-Samanta, eres una gran zorra. Límpiame ahora las botas

Y con la misma lengua que había metido en mi coño, recogió su leche sobre mis botas, dejándolas de nuevo como debían estar, relucientes.

-Felicidades Samanta, eres una buena puta.

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